Por lo
general, no le damos la importancia adecuada a nuestros pies y tipo de pisada, pero
el movernos, caminar, mantenernos erguidos, constituye toda una proeza para
nuestro cuerpo y sobre todo para nuestros pies que se encargan de soportar el
gran peso que recaen sobre ellos. Los pies son las bases que sostienen nuestro
cuerpo en bipedestación y son determinantes para la postura corporal. Al estar
presente alguna alteración en la morfología del pie o un tipo de pisada nociva nuestra
postura se verá afectada haciendo “adaptaciones” en articulaciones, músculos,
tendones y ligamentos que a largo plazo pueden producir molestias, dolores o
lesiones en el aparato locomotor.
Al estar en
bipedestación el peso corporal es soportado por los huesos, articulaciones, músculos,
tendones y ligamentos de los miembros inferiores. Al caminar la fuerza que
recibe el pie es aproximadamente 1,5 veces mayor que el peso del individuo y al
incrementar la intensidad de la actividad (trote, carrera o brinco) la fuerza
del impacto aumenta pudiendo llegar hasta 7 veces o más el peso de nuestro
cuerpo. Es decir, al caminar, el pie de una persona de 70kg absorbe 105kg y al
brincar el impacto llega cercano a los 500kg. Además, existe una repercusión del
“choque” sobre las estructuras músculo-esqueléticas de los tobillos, rodillas,
caderas, espalda, hombros y cuello.
El gráfico refleja la fuerza que recae sobre el pie según la actividad física y el peso corporal del individuo. |
Se considera un rango seguro entre -4° de pronación y +9° de supinación. |
Adicionalmente,
sí nuestro tipo de pisada se encuentra fuera de los rangos considerados
normales o seguros la biomecánica de las articulaciones, músculos, ligamentos y tendones
se verá alterada y la dirección de la fuerza del impacto al caminar, trotar,
correr o brincar será mucho más perjudicial sobre el organismo incrementando los riesgos
de padecer lesiones y haciéndose estos recurrentes.
Hacer
ejercicio y practicar cualquier deporte es muy saludable ya que activa el
sistema cardiovascular, ayuda a controlar el colesterol, la diabetes, hipertensión
arterial, etc., Sin embargo, puede ser dañino para las articulaciones sino conocemos
nuestra pisada y tomamos las medidas necesarias para mejorarla. Con los avances
científicos y tecnológicos existen métodos precisos y cuantificables para
evaluar la pisada. Una de las más recomendables es el estudio baropodométrico,
que consiste en el análisis computarizado del pie en posición estática (estando
parados de pie), como el movimiento en dinámica (caminando o corriendo).
Estudio baropodométrico estático localiza el baricentro (centro de gravedad postural), puntos máximos de presión para cada extremidad y la repartición de cargas entre el antepié y retropié. |
Con los
valores obtenidos se puede determinar la necesidad o no de usar determinado
calzado (zapato para pronador o supinador) o más preciso aún usar plantillas
personalizadas (plantillas diseñadas y elaboradas a la medida para cada pie y
paciente según las necesidades individuales).
Con datos exactos para cada pie se logra diseñar y confeccionar plantillas 100% personalizadas según las necesidades individuales de cada individuo. |
El propósito del estudio y el uso
de plantillas personalizadas es evitar o reducir lesiones traumatológicos cómo
son esguinces, tendinitis, sobrecargas musculares, desgastes articulares, basculaciones
pélvicas, etc. asociados a nuestro patrón de andar.