Elegir Zapatos Deportivos
Utilizar unos zapatos deportivos inadecuados provoca lesiones. Los
especialistas en medicina deportiva han lanzado la señal de alarma; cada vez
llegan a consulta más personas afectadas de dolores de espalda, sobrecargas
musculares, tendinitis o problemas en las plantas de los pies que tienen su
origen en una mala pisada provocada por un calzado inadecuado. Es habitual que
los aficionados al 'running' acudan a comercios especializados en los que se
les hace un estudio para comprobar si por su forma de pisar necesita zapatos de
correr de 'pronador', 'supinador' o neutro, diseñadas específicamente para
esos diferentes apoyos.
Sin embargo, es precisamente entre ese grupo de deportistas que compra
calzado muy especializado para correr en el que se están detectando lesiones.
Unas veces ocurre porque el usuario compra calzado que no se ajustan a la
morfología del pie por falta de información y asesoramiento en las tiendas: no
saben que ese calzado está diseñado para un tipo de pisada concreto. En otras
ocasiones el deportista tiene algún problema en los pies para el que un calzado
tan específico es muy perjudicial (hay pies cavos, planos, valgos... que deben
ser tratados de una forma muy concreta).
Los especialistas en podología
consideran necesario lanzar campañas dirigidas a educar a la población y evitar
este tipo de lesiones. El consejo que dan los expertos es "utilizar
zapatos neutras y emplear plantillas si es que la persona necesita algún
tipo de compensación o corrección en su pisada". Existe la opción de
realizar un estudio biomecánico pero siempre que sea dirigido por especialistas,
diferente al análisis de pisada más superficial que hacen algunos comercios a
sus clientes. En esos estudios biomecánicos se detecta si existe algún problema
en los pies que exija el empleo de plantillas.
Los médicos recuerdan, además,
que entre los 6 y los 21 o 22 años se pueden corregir los problemas ya que el cuerpo sigue en desarrollo.
En todo caso, hay una serie de consejos básicos para acertar con los zapatos
o, al menos, para evitar lesiones:
- Cuanto más larga sea la carrera o más
complicado sea el terreno, más protección debe tener el calzado, una
suela más gorda y amortiguada. Cuanto mayor sobrepeso tenga el corredor mayor
protección debe tener su calzado, en especial amortiguación. Cuanta más
experiencia tenga el deportista y más kilómetros haya acumulado en sus piernas
podrá ir usando un calzado cada vez más minimalista (con suela más fina y menos
diferencia de grosor entre punta y talón). Y, al contrario, cuanto menos
kilómetros de experiencia se tenga es necesario una suela más grande.
- Los corredores no profesionales no deben
preocuparse demasiado por su tipo de pisada. Es mejor comprar zapatillas neutras,
de esta forma el daño que nos podríamos hacer es mucho menor. Es más
aconsejable tener un calzado sencillo y cambiarlo periódicamente que gastar
mucho dinero en uno muy específico o que está de moda. Los expertos aconsejan
también usar dos modelos de deportivas a la vez, porque se trabajan diferentes
grupos musculares.
- Cada deporte tiene un calzado adecuado.
Es el elemento más importante a la hora de comprar una equipación -no podemos
jugar al baloncesto con unas zapatillas de correr-. Es muy importante tener en
cuenta la superficie en la que vamos a hacer el ejercicio (pista polideportiva
cubierta, hierba, asfalto, tierra). Aunque no suframos una lesión, si no
elegimos el calzado deportivo adecuado tendremos molestias, rozaduras y
sobrecargas, que pueden desanimarnos y provocar que abandonemos la práctica.
- Los zapatos de running hay que renovarlas
con mucha frecuencia. El calzado se va deteriorando con el uso
porque pierde amortiguación, pero también cuando no se utiliza. Si se tienen
dos años unos zapatos en el armario pueden perder flexibilidad y quedarse
rígidas. Saber cuándo hay que cambiarlas no es fácil porque muchas veces no hay
síntomas visuales que lo muestren. Los fabricantes recomiendan que se renueven
cada 800-1.000 kilómetros. Una fórmula genérica para saberlo es que si se
entrena tres días a la semana hay que cambiarla en 8-9 meses. Si se entrena
cuatro o más días debe ser a los seis meses.
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