lunes, 23 de febrero de 2015

Los pies... cimientos del cuerpo



Los Pies… Bases de Sustentación del Cuerpo


Nuestros pies no son solo el fin de nuestros miembros inferiores, son la base de sustentación del cuerpo, dan apoyo a todo nuestro organismo y de ellos nos valemos para desplazarnos. Cualquier alteración anatómica o fisiológica en ellos, o una insuficiente absorción de los impactos sobre su planta puede afectar otras estructuras del cuerpo. Gran parte de las lesiones de pie, tobillo, rodilla, cadera y columna vertebral están directamente relacionadas con la manera de pisar. Se estima que siete de cada diez personas padecen una patología relacionada con los pies, lo que puede reflejarse desde malestares al andar hasta problemas que afectan al sistema musculo-esquelético. 

Los pies y la forma de pisar determinan nuestra postura corporal. Es decir, sí pisamos defectuosamente a causa de cualquier elemento como puede ser tener pies talo-valgos (asociado a pies planos), equino-varos (asociado a pies cavo), dismetría de los miembros inferiores, etc. o al usar calzados inadecuados como los de puntas agudas y/o con tacones mayores a 4 cm nuestras articulaciones (tobillo, rodilla, cadera y columna vertebral) tomarán posiciones diferentes para reacomodar este desequilibrio producido en los pies. Adicionalmente a las alteraciones anatómicos y fisiológicos que resisten nuestros pies y articulaciones hay que sumarle que en el momento de caminar, el pie golpea el suelo con hasta tres veces su peso corporal y al correr se eleva hasta siete u ocho veces su peso corporal. ¡Esto es un gran impacto para que absorban nuestras articulaciones!

Nuestros pies proporcionan equilibrio. En cada paso que damos se activan nuestros propioceptores y dan aviso de la superficie que estamos pisando y nuestro cuerpo se reacomoda para ejecutar el movimiento óptimo para seguir avanzando o estar de pie. Cuando nuestro cuerpo intenta nivelarse y toma otra postura involucra músculos que pueden terminar contracturándose por cumplir funciones para los cuales no fueron preparados. Muchas veces una contractura en la espalda se debe a problemáticas en los pies. La falta de musculatura en los pies de personas de edad avanzada o por el uso excesivo de calzados nocivos (puntas agudas y tacones), proporcionan problemas de equilibrio porque ya los propioceptores no censan como deben o mandan señales pero los músculos son incapaces de responder a tiempo por carencia de tonicidad. Esto también puede ocurrir en personas que llevan una vida sedentaria y en la cual sus pies no se enfrentan con desafíos para fortalecerse. 



En la actualidad contamos con el análisis baropodométrico, que no es más que un estudio digital de la pisada y de la marcha en la cual se mide la presión que ejerce el peso del cuerpo sobre la superficie plantar en el momento de estar de pie y al andar. En base a este estudio se confeccionan plantillas ortopédicas personalizadas, únicas según las necesidades de cada individuo, hecha con un material suave y flexibles llamado "plastazote" que se adaptan anatómicamente al pie. Se aconseja emplear un calzado neutro de punta redonda o cuadrada y con un tacón de máximo 2 cm con las plantillas ortopédicas personalizadas que equilibrarán la posición del pie y el resto del cuerpo y neutralizarán los movimientos de rotación excesiva y los impactos del peso corporal al caminar o correr.
 

Las ventajas de las plantillas hechas según las necesidades de cada individuo son:

  • Reducen la tensión anómala en los ligamentos o compresión de los cartílagos de las articulaciones.
  • Previenen artrosis, tendinitis y problemas de tobillo, rodilla, cadera o columna.
  • Evitan sufrir de lesiones como esguinces.
  • Las plantillas puede transferirse de un par de zapato a otro, y debería usarse todo el tiempo cuando la persona está de pie o caminando. 
Es importante destacar que la pisada no es igual en el pie izquierdo y el derecho, mucho menos existe una pisada “estándar” entre dos o más personas. El uso de estas plantillas genéricas puede ser contraproducente porque no ofrecen la estabilidad ni el soporte que cada individuo requiere.




Nuestro pies muchas veces son pasados por alto y no le damos importancia, y es que los tenemos tan olvidados y muy pocos se dan cuenta de que son fundamentales en nuestra salud, y necesarios cotidianamente. Una mala pisada puede provocar dolores de talones y espalda (especialmente a nivel lumbar), pero también puede provocar otros tipos de patologías importantes y de más difícil asociación. Los pies son a la vez un pilar básico en nuestro equilibrio y una mala alineación de los mismos puede afectar a una mayor pérdida del mismo y precipitar caídas o alteraciones relevantes. Otras articulaciones que se pueden afectar en mayor grado son las rodillas y caderas, no quizás hoy, pero sí cuando se produzca un envejecimiento. Es preferible evitar males corporales mayores previniendo y cuidando de nuestros pies y nuestra pisada desde temprana edad para poder llegar a adultos mayores en mejores condiciones. Los pies son el primer punto de apoyo contra el suelo, de cómo se realice la pisada dependerá la gravedad de los males que podamos padecer.

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